Diana López Esponda se definía a sí misma más como música que como cantante. Y así era, porque su voz privilegiada de soprano de carrera, de gran diva, se transformó en las muchas voces líricas tucumanas, importantísimas, a quienes ella formó. La cultura tucumana ha vuelto a enlutarse ayer con su fallecimiento.
Había venido hace décadas de su Uruguay natal para fundar su familia y prodigarse en sus discípulos. “El viernes había cumplido años. Como toda gran artista, mujer y maestra, se despide en el Día del Arte. ¡La vamos a extrañar muchísimo!”, expresó Valeria Albarracín, en nombre de los cantantes líricos.